El amor... Tonto aquel que dijo que no existe, Peor aquel que no se inmutó a imaginarlo, ¡Viste mis besos! ¡Tú los sentiste! ¿Cómo te atreves, entonces, a negarlo? Está aquí, allá, por todas partes. No es algo digno de no aducir. Por él, vivimos, por él, morimos, Es entonces, la única razón de existir. Por Lucía Espaillat